Ocho filmes integran, desde el 13 de octubre, la nueva etapa del organismo municipal que dirige Guillermo Martínez Las jornadas comprenden presentaciones, proyecciones y coloquiosGUILLERMO BALBONA/SANTANDERLa Filmoteca de Castro Urdiales, que pese a diversos altibajos, se ha convertido en los últimos años en un modelo de actuación pedagógica y divulgativa de lo cinematográfico, reanuda su actividad este otoño. Desde una metodología y programa claros y sencillos, la nueva temporada de la Filmoteca Municipal de la villa cántabra, que dirige el crítico y profesor Guillermo Martínez, emprende su nueva propuesta el próximo día 13 de octubre y se prolongará, en principio, hasta diciembre, aunque la voluntad apunta hacia la continuidad de una iniciativa que ha contado con una notable respuesta del aficionado o el curioso.
Ocho jornadas, de una duración aproximada de tres horas cada una, configuran esta nueva etapa cuyo esquema de trabajo está integrado por una serie de actividades que potencian los aspectos educativo y divulgativo del hecho cinematográfico. Una breve introducción en cada jornada estará destinada a orientar la mirada a los aspectos más importantes de la película con referencias a aspectos como el contexto histórico (película y fecha de producción); los temas característicos en la obra de su director; las corrientes artísticas presentes en el filme y los principales aspectos cinematográficos.
Proyección de la película
En todos los casos se ha programado un filme extraordinario por su calidad artística, una obra fundamental en la carrera de su director, elegida por sus excepcionales valores fílmicos y narrativos.
Una vez finalizada la proyección se dará paso a una charla en la que se analizarán algunos de los aspectos más relevantes de cada título y un coloquio en el que se tratará de «fomentar y educar el espíritu crítico de los espectadores, potenciando el diálogo y la reflexión».
Documentación
A los asistentes a los ciclos de esta temporada se les entregará un copioso material complementario que incluirá hojas informativas sobre cada película, con fichas técnicas y artísticas, resúmenes de los argumentos y comentarios críticos. Con ello se pretende «facilitar un acercamiento más racional a los filmes indicando unas pautas o guías útiles para su visionado y destacando sus aspectos esenciales».
Los dos pilares temáticos de esta nueva etapa de la Filmoteca castreña se centran en ’El Derecho a través del cine. (II Ciclo de Cine Jurídico)’ y en ’El melodrama criminal y el thriller de suspense’.
En el primero están previstos títulos como ’El proceso Paradine’ de Alfred Hitchcock; ’Anatomía de un asesinato’ de Otto Preminger. ’Acción civil’ (A civil action, 1998) de Steven Zaillian, y la española ’La suerte dormida’ (2003) de Ángeles González-Sinde.
El segundo ciclo, ya desde noviembre, abarca obras legendarias como ’Rebeca’ (Rebecca, 1940) de Hitchcock; obras maestras del género negro como ’La mujer del cuadro’ (The woman in the window, 1944. de Fritz Lang; títulos de atmósfera singular como ’El extraño amor de Martha Ivers’ (The strange love of Martha Ivers, 1946) de Lewis Milestone y la inolvidable ’El tercer hombre’ de Carol Reed.
Un exponente destacado del primer ciclo es el de ’Anatomía de un asesinato’, cinta en la que Otto Preminger ofrece una mirada escéptica sobre el sistema judicial y la integridad profesional del abogado protagonista. El cineasta de ’Laura’, uno de los grandes de la historia, firmó su película más popular a modo de elogio del entretenimiento. La personalidad de James Stewart marca el carácter del filme, encabezando un reparto de lujo. Las escenas del juicio son memorables y en ellas Stewart, que tiene como oponente a George G. Scott, traza un excelente trabajo. Un drama judicial en el que se pone en entredicho la justicia norteamericana al abordar un caso de violación y asesinato. Lo delicado del planteamiento para la época, la aparente frialdad y el juego del cineasta de origen austriaco, contribuyeron a la polémica.
Del segundo, surge como referente especial ’El tercer hombre’ cinta con la que el cine hace por fin justicia a Graham Greene. Un encargo del productor Alexander Korda para que el autor inglés escribiese un guión ambientado en la Viena de posguerra fue el origen, junto con una idea anotada en un sobre, de una novela corta del escritor.
Necesitaba una estructura literaria para fijar todos los detalles del argumento, todos los matices de los personajes. Carol Reed fue el encargado de transformar las palabras en imágenes. ¿Quién puede olvidar los rostros iluminándose en la pantalla mientras suena la cítara machacona e inquietante de Anton Karas?
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