Charles Bronson tiene herederos
James Wan, codirector de la exitosa «Saw», dirige a Kevin Bacon y John Goodman en una violenta historia de venganzas personales al margen de la ley
Nick Hume, exitoso agente de seguros, tiene una familia perfecta, mujer e hijos, y una casa de ensueño, como no podía ser menos. Una noche, cuando regresa a casa en compañía de su hijo mayor después de que este disputara un partido de hockey, detiene su coche en una gasolinera y mientras compra algunas cosas, unos tipos asesinan a su vástago. Para Hume su vida solo tendrá un fin a partir de ese momento: buscar venganza por su propia mano. Cuando una juez decide que uno de los culpables debe salir en libertad, Hume le mata. La policía sospecha de su culpabilidad, pero Hume no se detendrá en su objetivo, pese a que una detective le sigue los pasos. Las cosas se complican cuando los delincuentes también juran cargar contra Hume y el resto de su familia, liderados por su peculiar padre.
Charles Bronson pasó a la historia del thriller como el perfecto dueño de un personaje, buen ciudadano en todo los sentidos, ejemplar padre de familia, que se convertía en una máquina de matar cuando unos descerebrados le dejan sin familia. Su primera película en esta línea la protagonizó en 1974, El justiciero de la ciudad, ambientada en Los Ángeles. Le seguirían otras cuatro entregas a mayores con Bronson a la cabeza, cada una más pasado de rosca en cada película, siempre bajo la reaccionaria premisa de que al no existir la ley, él se convertía en la justicia. Sentencia de muerte va en la misma dirección aunque bajo la mirada personal de James Wan, 31 años, nacido en Malasia, formado en Melbourne y autor de la exitosa y desquiciante Saw (2004), que le abriría las puertas de Hollywood de par en par, al ser un filme de bajo presupuesto que sin embargo logró recaudar 100 millones de dólares en las pantallas de todo el mundo. A ella le seguirían Silencio desde el mal el pasado año.
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