Desopilante metafísica de bar
Con Ojos de fuego inaugura el escritor madrileño Antonio Parra Sanz la serie de novelas negras protagonizadas por Sergio Gomes, un peculiar y entrañable detective abonado al vodka y al sándwich mixto, e influido en su nacimiento por la mejor tradición hard-boiled norteamericana -léase Raymond Chandler, Dashiell Hammett, Jim Thompson y un largo etcétera- así como por el Montalbano de Andrea Camilleri o los grandes autores nacionales del género: Francisco García Pavón, Manuel Vázquez Montalbán y, ya en nuestros días, Lorenzo Silva o Alicia Giménez-Bartlett (por citar sólo algunos nombres).
Partiendo de tan ilustres influencias, Parra Sanz ha compuesto una historia de ritmo trepidante, plagada de corrupciones empresariales y negocios oscuros, de asesinatos turbios y amores imposibles con femme fatale incluida. La sensación de verosimilitud atraviesa todas las páginas de esta novela que disecciona, con un gran sentido del humor en los diálogos y situaciones (formidable el encuentro de Gomes con Claudio Rubins en la torre de oficinas o el interrogatorio con los policías Palazuelos y Carmona), las altas y bajas esferas de la sociedad madrileña, unidas ambas por un hilo aparentemente invisible y que el autor hace palpable en los constantes cambios de escenario.
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