Wallander deja la comisaría
Henning Mankell culmina su serie sobre el policía con 'El hombre inquieto', una obra con el espionaje soviético de fondo
IÑAKI ESTEBAN
Henning Mankell sólo ha cumplido su promesa a medias. Después de publicar 'La pirámide', cinco relatos que recordaban la juventud del inspector Kurt Wallander en los años sesenta, juró que no habría más historias sobre el policía de la población sueca de Ystad. Pero luego llegó 'Antes de que hiele', donde tenía un papel secundario, y ahora, la publicación el próximo 9 de octubre de 'El hombre inquieto' (Tusquets), la novela con la que definitivamente se jubila. Hay algo, sin embargo, a lo que Mankell ha mantenido su fidelidad: la intención de que Wallander fuera envejeciendo con él
Ambos tienen sesenta años, aunque Wallander ha llevado peor vida que el escritor, y eso se nota. Mientras Mankell parece en forma, también literaria, su criatura acusa una alimentación nefasta, el exceso de bebida, su divorcio con Mona y sus remordimientos por la poca atención prestada a su hija, Linda. En su último caso, Wallander afronta la investigación con algunas facultades mermadas, pero con la misma intuición imaginativa que tanto ha utilizado en su carrera. Fue su trayectoria la que enseñó a Europa, mucho antes que Stieg Larsson, que en los países nórdicos se escribía una estupenda novela negra.
Sigue leyendo en El Correo Digital
1 comentario
eltercero -