Entrevista a José Luis Gracia Mosteo en La Gangsterera
Pregunta: Licenciado en Filosofía y Letras, poeta, profesor de literatura, crítico literario en varios periódicos y en la prestigiosa y selecta revista Turia… y creador de un personaje de novela negra. Me recuerda al doctor Jekyll y mister Hyde. ¿Saben los padres en manos de quién dejan a sus hijos cada mañana? ¿Y sabe su familia adónde le manda cuando se va para el instituto?
Respuesta: Verá usted, a mí como a casi todos, Jeckyll y Hyde se me quedan cortos, porque tras las hechuras escondo un profesor concienzudo que saco a pasear seis horas, un escritor sin un duro que se apalanca en el ordenador por las noches, un padre gordito y cachondo en jornada continua y un apuesto galán en mis sueños... En fin que parezco una muñeca rusa con aires de cabezudo, para algo tengo las hechuras anchas.
En "El asesino de Zaragoza", la primera de la saga protagonizada por el inspector Juan Barraqueta, las víctimas, poetas todas ellas, mueren asfixiadas porque alguien les ha hecho tragar su propia obra literaria. En "El rock de la dulce Jane", el cadáver de un joven virgen es desenterrado cada dos por tres por algún maniaco. Y todavía hay quien mantiene que todas las novelas negras son iguales…
La verdad es que la realidad es como una de esas rubias que se ven por las calles. Por mucho que apretemos el paso, siempre anda más deprisa. Así que eso de los asesinatos con sopas de letras en rama (o página) y los desenterramientos, no deja de ser un pálido reflejo de la misma, que diría un lírico, coño qué cursi. En fin, que cada vez que me digo "Qué original te ha quedao, Mosteo", sale una noticia y me deja el invento a la altura del betún. El patio, oiga, que está muy revuelto.
Respuesta: Verá usted, a mí como a casi todos, Jeckyll y Hyde se me quedan cortos, porque tras las hechuras escondo un profesor concienzudo que saco a pasear seis horas, un escritor sin un duro que se apalanca en el ordenador por las noches, un padre gordito y cachondo en jornada continua y un apuesto galán en mis sueños... En fin que parezco una muñeca rusa con aires de cabezudo, para algo tengo las hechuras anchas.
En "El asesino de Zaragoza", la primera de la saga protagonizada por el inspector Juan Barraqueta, las víctimas, poetas todas ellas, mueren asfixiadas porque alguien les ha hecho tragar su propia obra literaria. En "El rock de la dulce Jane", el cadáver de un joven virgen es desenterrado cada dos por tres por algún maniaco. Y todavía hay quien mantiene que todas las novelas negras son iguales…
La verdad es que la realidad es como una de esas rubias que se ven por las calles. Por mucho que apretemos el paso, siempre anda más deprisa. Así que eso de los asesinatos con sopas de letras en rama (o página) y los desenterramientos, no deja de ser un pálido reflejo de la misma, que diría un lírico, coño qué cursi. En fin, que cada vez que me digo "Qué original te ha quedao, Mosteo", sale una noticia y me deja el invento a la altura del betún. El patio, oiga, que está muy revuelto.
Entrevista íntegra en La Gangsterera
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