Olor a café y libro nuevo
Los libros están para dejarse leer y las cafeterías para deleite del tiempo de ocio, sólo o acompañado. Si juntas estas dos formas de expansión, surge un calificativo bastante peculiar, pero que bien podría denominar este espacio: cafebrerías o libreterías. En ellas, cafés y cervezas se aúnan entre las letras de Óscar Wilde, Vila-Matas o Ryszard Kapuscinski.
En el emergente barrio de Ruzafa se agrupan varios locales de este tipo, que han iniciado su actividad en los últimos meses. Ubik Café, Slaughterhouse y Cosecha Roja han nacido con una motivación: aunar el placer de la lectura y el deleite del sentido del gusto.
Sería llover sobre mojado hablar del auge que está viviendo la zona de Ruzafa. Ha recuperado el esplendor cultural que le caracterizó en tiempos pasados, de sainetes y zarzuelas. Las propuestas alternativas se han adueñado del barrio y, entre ellas, las cafeterías-librerías ocupan un lugar protagonista.
Slaughterhouse, matadero en castellano, se encuentra en la calle Gandia 22. El local conserva la estructura de lo que fue en el pasado, una carnicería. Su nombre viene de una obra de culto antibélica de Kurt Vonnegut y es un homenaje a Frank Gill Slaughter. Apenas lleva abierto cuatro meses pero ya cuenta con un clientela fiel. Su selección de libros es bastante variada, con autores como Marcel Proust o Charles Bukowski. Pero hay una máxima, sólo cuentan con libros nuevos. El principal objetivo de sus dueños, Jaime Ortega, Jacobo Hortas y Ramón Cabrera, es que «el bar no se coma la librería». La cultura que se fusiona con el humo del tabaco.
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