Dos novelas mexicanas, finalistas en Semana Negra de Gijón
Cinco novelas del género negro dos españolas, dos mexicanas y una argentina son las finalistas del Premio Dashiel Hammett que la Semana Negra anunciará el viernes en la ciudad española de Gijón.
En esta XVIII edición del festival, la realidad iberoamericana es el hilo conductor de varias de las obras de ficción que han quedado finalistas a este premio concedido por la Asociación Internacional de Escritores Policiacos.
La violencia de las bandas juveniles en El Salvador y en Guatemala se refleja en La mara, del mexicano Rafael Ramírez Heredia; su paisano Elmer Mendoza plasma la corrupción en México con El efecto tequila, y el argentino Raúl Argemí muestra el péndulo entre guerrilla y represión en su país en Penúltimo nombre de guerra.
Las dos novelas finalistas firmadas por autores españoles son de Francisco González Ledesma, Tiempo de Venganza, y Asalto a la Virreina, de Andreu Martín y Carles Quílez.
Al Premio Rodolfo Walsh, que también será fallado el viernes, optan el peruano Eric Frattini con La Santa Alianza: cinco siglos de espionaje vaticano; el mexicano Eduardo Monteverde con Lo peor del horror; el español Carles Quílez con Psicópata; el también español Ramón J. Campos con Yak 42, honor y verdad, y el argentino Osvaldo Aguirre con Enemigos públicos.
Este galardón de no-ficción tiene el objetivo de cubrir un género de fronteras poco definidas, entre el ensayo y el gran reportaje periodístico de investigación.
Las obras finalistas al Premio Memorial Silverio Cañada para primera novela negra son: Celda 211, del español Francisco Pérez Gandul; Nevermore, del cubano Reynaldo Cañizares, y La clave Pinner, de Andrés Pérez Domínguez.
Al premio Espartaco de novela histórica optan tres novelas españolas: Cabo Trafalgar, de Arturo Pérez Reverte; Ladrones de tinta, de Mateo Sagasta, y El número de Dios, de José Luis Corral, y la mexicana Angeles del abismo, de Enrique Serna.
www.cronica.com.mx
En esta XVIII edición del festival, la realidad iberoamericana es el hilo conductor de varias de las obras de ficción que han quedado finalistas a este premio concedido por la Asociación Internacional de Escritores Policiacos.
La violencia de las bandas juveniles en El Salvador y en Guatemala se refleja en La mara, del mexicano Rafael Ramírez Heredia; su paisano Elmer Mendoza plasma la corrupción en México con El efecto tequila, y el argentino Raúl Argemí muestra el péndulo entre guerrilla y represión en su país en Penúltimo nombre de guerra.
Las dos novelas finalistas firmadas por autores españoles son de Francisco González Ledesma, Tiempo de Venganza, y Asalto a la Virreina, de Andreu Martín y Carles Quílez.
Al Premio Rodolfo Walsh, que también será fallado el viernes, optan el peruano Eric Frattini con La Santa Alianza: cinco siglos de espionaje vaticano; el mexicano Eduardo Monteverde con Lo peor del horror; el español Carles Quílez con Psicópata; el también español Ramón J. Campos con Yak 42, honor y verdad, y el argentino Osvaldo Aguirre con Enemigos públicos.
Este galardón de no-ficción tiene el objetivo de cubrir un género de fronteras poco definidas, entre el ensayo y el gran reportaje periodístico de investigación.
Las obras finalistas al Premio Memorial Silverio Cañada para primera novela negra son: Celda 211, del español Francisco Pérez Gandul; Nevermore, del cubano Reynaldo Cañizares, y La clave Pinner, de Andrés Pérez Domínguez.
Al premio Espartaco de novela histórica optan tres novelas españolas: Cabo Trafalgar, de Arturo Pérez Reverte; Ladrones de tinta, de Mateo Sagasta, y El número de Dios, de José Luis Corral, y la mexicana Angeles del abismo, de Enrique Serna.
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