Silva anuncia que sus dos próximas entregas de Bevilacqua serán más radicales
El escritor Lorenzo Silva aseguró ayer que ha llegado al final de una etapa y que, a partir de su próxima novela, será «más radical» aunque mantendrá el sentido común y el del humor, y seguirá fiel a su máxima de que «el camino más interesante para la ficción es explorar la realidad». Silva adelantó, en conferencia de prensa, que su próxima novela, la cuarta protagonizada por los guardias civiles Rubén Bevilacqua y Violeta Chamorro, mantendrá el carácter de los personajes, además del ritmo y el tono de la novela negra, pero dará «un paso más allá» al unir a la peripecia de los investigadores «una mirada más profunda sobre lo que ven». Previamente, publicará en otoño un libro titulado «Nadie vale más que otro» que agrupará cuatro relatos de Bevilacqua y Chamorro que no constituyen una novela por separado pero que ahora ha reunido en «una especie de conmemoración» de que estos personajes surgieron en su imaginación hace diez años. El escritor y guionista madrileño aseguró que en su nuevo camino, que no sabe si se cerró con su obra más reciente «Carta blanca» (Espasa) o se abrió con ella, mantendrá su apuesta por el uso de la ficción no para que el escritor escape de su vida, sino como un camino para conocer lo que le rodea. Además, continuará mostrando su preocupación por la realidad «con una mirada moral, que no moralista» y demostrando su interés por la memoria histórica y por los jóvenes, a quienes definió como «los grandes manipulados de nuestro tiempo», porque son los consumidores más vulnerables. «Quiero seguir indagando en la realidad con una visión crítica, inconformista y, a partir de esa visión, quiero seguir intentando escribir novelas atractivas y seduc- toras para el lector porque un contador de historias tiene que seducir al lector; no puede limitarse a leerle la cartilla ni a deslumbrarle con su conocimiento ni mucho menos puede fastidiar», opinó. Silva, quien protagonizó anoche los «Martes literarios» de la UIMP en Santander, explicó que su radicalidad se debe en parte a que tiene la sensación de que «el mundo ha retrocedido» y de que «a veces se es demasiado amable y educado en cuestiones en las que no hay que serlo».
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