Estudio sobre Roberto Ampuero en la Universidad Católica de Chile
Universidad Católica publica estudio sobre la asimilación de la novela policial cubana en Roberto Ampuero
La investigación concluye que Ampuero se entusiasma con las novelas policiales o de contraespionaje de autores cubanos, de los que asimila la atmósfera internacional, la lucha política ideológica y una sensualidad a flor de piel, dando vida a un detective cubano-chileno pragmático y gozador de la vida.
La obra literaria de Roberto Ampuero, uno de los representantes más relevantes de la novela negra chilena actual, está marcada, en forma decisiva, por sus veinte años de vida en Cuba y Alemania. Allí se entusiasma con las novelas policiales o de contraespionaje de los autores cubanos Luis Rogelio Nogueras, Guillermo Rodríguez Rivera y Daniel Chavarría. Estos escritores asimilaron los rasgos esenciales del género policial clásico, rechazando, sin embargo, según la antropología marxista, al típico detective al margen de los órganos policiales que resuelve los problemas sólo gracias a su aguda inteligencia personal. Ampuero asimila de estas novelas policiales cubanas la atmósfera internacional, la lucha política ideológica y una sensualidad a flor de piel, creando un detective (Cayetano Brulé) cubano-chileno pragmático y gozador de la vida.
El profesor Clemens Franken, de la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, analiza este tema en un artículo que escribe en el tercer número de la revista Anales de Literatura Chilena, que la unidad académica publica anualmente.
Clemens Franken describe, en cuidadosa revisión de fuentes, el aporte decisivo de la narrativa policial cubana a la obra del autor.
Roberto Ampuero Espinoza nace en Valparaíso en 1953 y realiza sus estudios secundarios en el Colegio Alemán de esa ciudad. Según su novela autobiográfica "Nuestros años de verde olivo" (Santiago, Planeta Chilena, 1999), se hace tempranamente militante de las Juventudes Comunistas contra la voluntad de su padre -que según él mismo señala- era masón de principios socialdemócratas, y de su madre que profesaba ideas conservadoras y católicas. Debido al golpe de Estado de 1973, Ampuero decide marcharse a Alemania Oriental en busca de mejores horizontes.
Luego de casi veinte años en las dos Alemanias y en Cuba (1974-79), Ampuero decide volver a Chile, en 1992, y radicarse en Viña del Mar, desde donde dirige una firma de construcciones. Según sus propias palabras, este próspero negocio le permite dedicarse profesionalmente a la literatura.
Un año después de su retorno salta a la fama en Chile cuando obtiene el premio literario de la Revista de Libros a la mejor novela inédita por "¿Quién mató a Cristián Kustermann?" (Santiago, Planeta Chilena, 1993). Debido al éxito de esa novela y al de su protagonista, el detective cubano-chileno Cayetano Brulé, Ampuero publica en 1994 y 1996 dos novelas más con el mismo protagonista, con los títulos "Boleros en La Habana" y "El alemán de Atacama". Las tres novelas han tenido tal éxito de venta, que ya cuentan a su haber varias ediciones y traducciones a diversos idiomas, lo que convierte a Ampuero en uno de los autores más leídos de los noventa.
Fuente: Pontificia Universidad Católica de Chile
La investigación concluye que Ampuero se entusiasma con las novelas policiales o de contraespionaje de autores cubanos, de los que asimila la atmósfera internacional, la lucha política ideológica y una sensualidad a flor de piel, dando vida a un detective cubano-chileno pragmático y gozador de la vida.
La obra literaria de Roberto Ampuero, uno de los representantes más relevantes de la novela negra chilena actual, está marcada, en forma decisiva, por sus veinte años de vida en Cuba y Alemania. Allí se entusiasma con las novelas policiales o de contraespionaje de los autores cubanos Luis Rogelio Nogueras, Guillermo Rodríguez Rivera y Daniel Chavarría. Estos escritores asimilaron los rasgos esenciales del género policial clásico, rechazando, sin embargo, según la antropología marxista, al típico detective al margen de los órganos policiales que resuelve los problemas sólo gracias a su aguda inteligencia personal. Ampuero asimila de estas novelas policiales cubanas la atmósfera internacional, la lucha política ideológica y una sensualidad a flor de piel, creando un detective (Cayetano Brulé) cubano-chileno pragmático y gozador de la vida.
El profesor Clemens Franken, de la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, analiza este tema en un artículo que escribe en el tercer número de la revista Anales de Literatura Chilena, que la unidad académica publica anualmente.
Clemens Franken describe, en cuidadosa revisión de fuentes, el aporte decisivo de la narrativa policial cubana a la obra del autor.
Roberto Ampuero Espinoza nace en Valparaíso en 1953 y realiza sus estudios secundarios en el Colegio Alemán de esa ciudad. Según su novela autobiográfica "Nuestros años de verde olivo" (Santiago, Planeta Chilena, 1999), se hace tempranamente militante de las Juventudes Comunistas contra la voluntad de su padre -que según él mismo señala- era masón de principios socialdemócratas, y de su madre que profesaba ideas conservadoras y católicas. Debido al golpe de Estado de 1973, Ampuero decide marcharse a Alemania Oriental en busca de mejores horizontes.
Luego de casi veinte años en las dos Alemanias y en Cuba (1974-79), Ampuero decide volver a Chile, en 1992, y radicarse en Viña del Mar, desde donde dirige una firma de construcciones. Según sus propias palabras, este próspero negocio le permite dedicarse profesionalmente a la literatura.
Un año después de su retorno salta a la fama en Chile cuando obtiene el premio literario de la Revista de Libros a la mejor novela inédita por "¿Quién mató a Cristián Kustermann?" (Santiago, Planeta Chilena, 1993). Debido al éxito de esa novela y al de su protagonista, el detective cubano-chileno Cayetano Brulé, Ampuero publica en 1994 y 1996 dos novelas más con el mismo protagonista, con los títulos "Boleros en La Habana" y "El alemán de Atacama". Las tres novelas han tenido tal éxito de venta, que ya cuentan a su haber varias ediciones y traducciones a diversos idiomas, lo que convierte a Ampuero en uno de los autores más leídos de los noventa.
Fuente: Pontificia Universidad Católica de Chile
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