La habitación de cristal
Un juego de misterio y espejos
ELMUNDOLIBRO
Luis Manuel Ruiz urde con extraordinaria habilidad la intriga de esta historia de simetrías, entre espejos y duplicidades. El marco histórico refleja la inquietante ascensión del partido nazi al poder en 1933, con la persecución sistemática de comunistas y socialdemócratas. En ese escenario, un ladrón va golpeando certeramente en busca de un botín extraordinario: un espejo de Chrysoras.
Andreas Menz salvó la vida al káiser Guillermo durante la Gran Guerra y fue recompensado con un puesto en la policía criminal de Berlín. Con su inseparable pajarita y su proverbial abulia, está relegado a un ínfimo despacho, al que sólo llegan casos descartados por inspectores más eficientes.
La simetría de los espejos
Menz casi ha dejado de soñar con la consagración definitiva dentro del cuerpo, cuando llega a sus manos el caso de la muerte en extrañas circunstancias de un coronel del ejército, febril por el coleccionismo de espejos. ¿Será esta la ocasión de alcanzar el prestigio del que nunca ha gozado?
Un espejo que conducirá a otro espejo de leyenda: el de Salomón, aquel que según la tradición judía Dios otorgó al rey de Israel para que se convirtiera en el más sabio de los hombres, permitiéndole atisbar el futuro. El espejo más importante de la Tierra, que además de otorgar la sabiduría va apoderándose de su dueño hasta desquiciarlo.
Parábola sobre la duplicidad
Luis Manuel Ruiz maneja esta trepidación con mano firme, dosificando datos y desvelando poco a poco el misterio que se encierra detrás de tamaño galimatías. Hasta el último momento dura el suspense y la pasión por contar esta historia: el escenario último, Venecia, sirve de misterioso telón de fondo de esta parábola sobre el papel de la duplicidad, los reflejos y la simetría en los avatares de la Historia de la humanidad.
El autor de El Criterio de las moscas asegura con este nuevo libro que podría haber escrito un docto ensayo, porque durante muchos años he referencias al mundo de la catóptrica, que es la sección de la Física que se ocupa de estas cosas de la duplicación y el pleonasmo, pero he preferido la novela para maridar el tema del espejo. Su segunda novela, Sólo una cosa no hay, obtuvo el Premio Internacional de Novela 2001. En 2003 publicó Obertura francesa.
Publicado en elmundolibro.elmundo.es
ELMUNDOLIBRO
Luis Manuel Ruiz urde con extraordinaria habilidad la intriga de esta historia de simetrías, entre espejos y duplicidades. El marco histórico refleja la inquietante ascensión del partido nazi al poder en 1933, con la persecución sistemática de comunistas y socialdemócratas. En ese escenario, un ladrón va golpeando certeramente en busca de un botín extraordinario: un espejo de Chrysoras.
Andreas Menz salvó la vida al káiser Guillermo durante la Gran Guerra y fue recompensado con un puesto en la policía criminal de Berlín. Con su inseparable pajarita y su proverbial abulia, está relegado a un ínfimo despacho, al que sólo llegan casos descartados por inspectores más eficientes.
La simetría de los espejos
Menz casi ha dejado de soñar con la consagración definitiva dentro del cuerpo, cuando llega a sus manos el caso de la muerte en extrañas circunstancias de un coronel del ejército, febril por el coleccionismo de espejos. ¿Será esta la ocasión de alcanzar el prestigio del que nunca ha gozado?
Un espejo que conducirá a otro espejo de leyenda: el de Salomón, aquel que según la tradición judía Dios otorgó al rey de Israel para que se convirtiera en el más sabio de los hombres, permitiéndole atisbar el futuro. El espejo más importante de la Tierra, que además de otorgar la sabiduría va apoderándose de su dueño hasta desquiciarlo.
Parábola sobre la duplicidad
Luis Manuel Ruiz maneja esta trepidación con mano firme, dosificando datos y desvelando poco a poco el misterio que se encierra detrás de tamaño galimatías. Hasta el último momento dura el suspense y la pasión por contar esta historia: el escenario último, Venecia, sirve de misterioso telón de fondo de esta parábola sobre el papel de la duplicidad, los reflejos y la simetría en los avatares de la Historia de la humanidad.
El autor de El Criterio de las moscas asegura con este nuevo libro que podría haber escrito un docto ensayo, porque durante muchos años he referencias al mundo de la catóptrica, que es la sección de la Física que se ocupa de estas cosas de la duplicación y el pleonasmo, pero he preferido la novela para maridar el tema del espejo. Su segunda novela, Sólo una cosa no hay, obtuvo el Premio Internacional de Novela 2001. En 2003 publicó Obertura francesa.
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