"Pero sigo siendo el rey", de Carlos Salem, en Revista de Letras
"La maravilla de esta novela es por un lado el personaje de Arregui, un personaje bien dibujado, triste, leal y experimentado policía. Sentimos sus miedos, sus alegrías, su necesidad de afecto y su profunda tristeza lo que nos recuerda a los grandes detectives del género negro. Un personaje que formará parte seguro de la nómina de los inolvidables de la actual novela negra y al que echaremos de menos cuando terminemos de leer la novela. Por otro lado está la valentía necesaria del autor para echar mano de lo surrealista para narrar su España. El tono y las escenas que parecen mentira forman parte de un dibujo preciso de lo que es España, en lo que se ha convertido España en estos últimos veinte años. Al hilo de lo dicho, un capítulo de la novela que merece especial atención es el que dedica a la Guerra Civil (busquen y lean). Es la mejor radiografía, la mejor estampa, la mejor expresión que he leído hasta hoy de lo que fue y en lo que se ha convertido aquel conflicto que tanto nos dolió y nos duele."
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