Medianoche en La Habana
Amir Valle, vencedor del último Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona, mantiene alto el listón gracias a 'Largas noches con Flavia', un paseo por La Habana nocturna y peligrosa
José Abad / Granada
La puesta en pie de un certamen literario no debe de ser tarea complicada. No lo digo yo, sino el sinfín de convocatorias diseminadas por la península; no hay municipio español de medianas dimensiones, se diría, que no tenga el suyo. Infinitamente más arduo es darle credibilidad al evento, pues esto sólo se consigue laureando obras con un valor indiscutible (O casi, que discrepar será siempre un sano ejercicio). En fin, premios hay, y entre los de mayor nombradía en España, que no son garantía de nada. Premios hay que, por las cifras manejadas, no pueden permitirse bendecir la calidad, sino la proyección mediática, y no voy a dar nombres, aunque ganas no falten. Hoy me siento constructivo. Nada malo se dirá, al menos por el momento, del Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona que, en su todavía breve trayectoria, ha honrado económica y editorialmente tres notables exponentes del noir escrito en esta lengua que una vez fue de Castilla, un género y un idioma hoy trasatlánticos, poderosos.
Convocado por primera vez en 2006, el premio recayó entonces en El caso Sankara de Antonio Lozano, un sólido exponente de la política-ficción que especulaba con la existencia de un complot internacional tras el asesinato, en 1987, del presidente legítimo de Burkina Faso, Thomas Sankara. Al año siguiente, el premio fue a parar a manos del argentino Guillermo Orsi, quien, en Nadie ama a un policía, recorría andurriales tan parecidos como retorcidos, los de una posible conjura para derrocar al presidente Fernando de la Rúa en una Argentina hundida en la debacle económica. En las novelas de Antonio Lozano y Guillermo Orsi latían una misma voluntad crítica y un mismo desencanto, intachables. Sus obras invitaban al lector a mirar con reparos ese ancho mundo tras los cristales, el de la calle, y a no contentarse nunca con la historia oficial, en ningún caso. Amir Valle, vencedor en la convocatoria de 2008, mantiene alto el listón gracias a Largas noches con Flavia, un recorrido sin concesiones por una La Habana nocturna y peligrosa, una sinécdoque de Cuba, de la que se dice: "el que no vive en la marginalidad, vive de la marginalidad".
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