Anne Holt conjuga el género negro y «el desapego de los valores humanos»
DAVID MORÁN
BARCELONA. «El mundo suele pensar que las ciudades nórdicas como Oslo son un paraíso sin asesinatos ni delitos, pero está muy lejos de ser así; nosotros tenemos un índice de criminalidad más alto que el de Boston». Así zanja la escritora Anne Holt (Larvik, 1958) cualquier aspecto relativo a la supuesta paz que reina en los países nórdicos. «Escandinavia no es un lugar apacible, sino un gran escenario para la novela negra», añadió ayer durante la presentación de su último libro, «Crepúsculo en Oslo» (Roca Editorial).
A recorrer ese escenario se ha dedicado la autora noruega desde que debutó en 1993 con «La Diosa ciega», primera novela protagonizada por el detective Hanne Wilhelmsem y piedra de toque de una carrera que, en quince años, se traduce en más de cuatro millones de ejemplares despachados y un éxito sólo comparable al del escritor sueco Henning Mankell. Ella, sin embargo, juega con ventaja, ya que antes de consagrarse como novelista fue policía, reportera y ministra de Justicia de su país. «No podría especificar qué partes de mi vida han influido más en mi obra, pero no creo que ninguno de los trabajos que he hecho sea una ventaja más allá de que ahora, cuando me quedo bloqueada, sé exactamente a quien llamar», relativizó.
Sigue en ABC
0 comentarios