Género negro a escena
«El cartero siempre llama dos veces», de James M. Cain. Dirección y versión: Jaroslaw Bielski. Compañía: Réplika Teatro. Intérpretes: Jaroslaw Bielski, Socorro Anadón, Luis Marti, Raúl Chacón. Teatro Principal
Con entradas agotadas, se pone punto final a la XXVIII Edición del Festival de Teatro Ciudad de Palencia. La respuesta positiva del público palentino y la variada e interesante programación , invitan a aumentar el número de funciones de los espectáculos en el futuro.
Réplika recupera la conocida novela de James M. Cain (1892-1977), el clásico del género negro llevado al cine. La trepidante historia de sexo, crimen, alcohol e intereses cruzados sigue siendo un anzuelo lleno de carnaza para atraer al público, a pesar de la invasión del género negro desde 1934. Bielski realiza una versión que subraya los motivos que tienen Frank y Cora para matar al marido de ésta y las consecuencias que este crimen revestido de accidente de coche tiene para ambos y para los intereses lucrativos de los hombres de leyes y de las voraces compañías de seguros. Bielski aligera el texto, al recortar pasajes y seleccionar cuatro personajes, la pareja protagonista, el fiscal y el abogado.
Con pocos medios, la puesta en escena está muy lograda, bien resuelto el juego escénico de los diferentes tiempos y espacios a través del flashback y de una escenografía funcional. El montaje parte del momento en el que el fiscal interroga a Frank sobre su implicación en el crimen, seguido de saltos al pasado para reconstruir la historia. Los actores mueven una gran valla sobre ruedas para crear los espacios de la cárcel, oficina de policía, casa y restaurante. La iluminación cambiante y esta valla que se abre y se cierra dan mucho juego para comunicar las perspectivas de los personajes, sus espacios interiores y los recovecos de su psicología compleja. Sin embargo, la puesta en escena pierde ritmo y claridad en la última parte, en la que se perciben confusos los conflictos de los personajes, sus sentimientos y dificultades externas. No convence el final precipitado de esta versión. Y los intérpretes, que encarnan con expresividad y soltura a los personajes en el conjunto de la representación, también en la parte final pierden tensión y convicción.
ABC.es
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