Los hermanos de la costa
"Me apasionó crear un figura femenina que se enfrenta al mal"
Juan Bolea presenta en Ámbito "Los hermanos de la costa", una novela negra protagonizada por la subinspectora Martina de Santo.
ANTÓN CASTRO. Zaragoza. El periodista y escritor Juan Bolea (Cádiz, 1959) presenta hoy en Zaragoza (sala Ámbito), como ya hiciera hace unos días en Madrid, con Juan Manuel de Prada como maestro de ceremonias, su nueva novela: "Los hermanos de la costa" (Ediciones B), una narración llena de situaciones macabras, de personajes y de evocación libresca, inscrita en el género de la novela negra. "Siempre me había interesado la novela negra. Ya estaba próximo al género mi libro anterior, "El gobernador" (Ediciones B, 2003), especialmente en las reflexiones sobre el poder. Así que aquí asumí una trama policíaca clásica y canónica, y al mismo tiempo la impregno de una suerte de fatalidad, de sarcasmo y de desesperación. Intento aunar dos estéticas que me interesan mucho: la de la literatura policíaca británica y la novela negra norteamericana".
La novela transcurre en un territorio ficticio, que recuerda a un lugar innominado del Cantábrico, donde se suceden asesinatos realmente espantosos, cometidos por una secta de artistas fracasados. "Es cierto que podría transcurrir en las costas de un Cantábrico más exagerado, brutal, con sus farallones y sus pescadores, y a la vez de distancias más largas, pero siempre claustrofóbico. Ese ambiente se adecúa muy bien a lo que yo quería contar".
Una de las novedades del libro -que podría ser el principio de una serie- es que crea a una subinspectora de policía, Martina de Santo, que a más de uno le recordará a personajes femeninos de Alicia Giménez Bartlett, Lorenzo Silva o Patricia Cornwell. Señala el escritor: "He intentando crear un personaje original. Es una mujer ambigua, capaz de seducir a los otros, capaz de ser muy dura y muy tierna a la vez, y siempre difícil de definir. Pensé en una mujer porque generaba un contraste, y me apasionó la idea de crear una criatura femenina que se enfrenta al mal. Todo el ambiente del libro es irreal, como un gran atrezo fantasmagórico, pero me interesó mucho crear conexiones con la realidad. La novela es un artefacto literario de principio a fin, y el realismo, que existe, desde luego, descansa en la trama". Una trama que gira alrededor de una hermandad de artistas fracasados que practica un morboso culto a la muerte, que en ocasiones alude a títulos como "Moby Dick" de Herman Melville o a un libro titulado "La hermanos de la costa y otros cuentos", de Gastón de Born, decisivo en la evolución del conflicto.
"Gastón de Born es uno de los jóvenes artistas que han ideado "La gaceta de los artistas fracasados" y que se mueven en el culto marginal al arte, el parricidio, a la transgresión y a una serie de macabros rituales de muerte. Todo ello me aportaba una gran riqueza, porque su actitud comportaba un espacio casi infinito de rencor, una especie de ansia de venganza cósmica. Es gente brillante, con talento, que optará por la vía del crimen salvaje. Ese enigma en torno a la violencia exacerbada es el que debe resolver Martina de Santo, ante la proliferación de cadáveres amputados que aparecen en las playas, en las peñas, siempre cerca de ese lugar inventado que es Portocristo".
www.heraldo.es
Juan Bolea presenta en Ámbito "Los hermanos de la costa", una novela negra protagonizada por la subinspectora Martina de Santo.
ANTÓN CASTRO. Zaragoza. El periodista y escritor Juan Bolea (Cádiz, 1959) presenta hoy en Zaragoza (sala Ámbito), como ya hiciera hace unos días en Madrid, con Juan Manuel de Prada como maestro de ceremonias, su nueva novela: "Los hermanos de la costa" (Ediciones B), una narración llena de situaciones macabras, de personajes y de evocación libresca, inscrita en el género de la novela negra. "Siempre me había interesado la novela negra. Ya estaba próximo al género mi libro anterior, "El gobernador" (Ediciones B, 2003), especialmente en las reflexiones sobre el poder. Así que aquí asumí una trama policíaca clásica y canónica, y al mismo tiempo la impregno de una suerte de fatalidad, de sarcasmo y de desesperación. Intento aunar dos estéticas que me interesan mucho: la de la literatura policíaca británica y la novela negra norteamericana".
La novela transcurre en un territorio ficticio, que recuerda a un lugar innominado del Cantábrico, donde se suceden asesinatos realmente espantosos, cometidos por una secta de artistas fracasados. "Es cierto que podría transcurrir en las costas de un Cantábrico más exagerado, brutal, con sus farallones y sus pescadores, y a la vez de distancias más largas, pero siempre claustrofóbico. Ese ambiente se adecúa muy bien a lo que yo quería contar".
Una de las novedades del libro -que podría ser el principio de una serie- es que crea a una subinspectora de policía, Martina de Santo, que a más de uno le recordará a personajes femeninos de Alicia Giménez Bartlett, Lorenzo Silva o Patricia Cornwell. Señala el escritor: "He intentando crear un personaje original. Es una mujer ambigua, capaz de seducir a los otros, capaz de ser muy dura y muy tierna a la vez, y siempre difícil de definir. Pensé en una mujer porque generaba un contraste, y me apasionó la idea de crear una criatura femenina que se enfrenta al mal. Todo el ambiente del libro es irreal, como un gran atrezo fantasmagórico, pero me interesó mucho crear conexiones con la realidad. La novela es un artefacto literario de principio a fin, y el realismo, que existe, desde luego, descansa en la trama". Una trama que gira alrededor de una hermandad de artistas fracasados que practica un morboso culto a la muerte, que en ocasiones alude a títulos como "Moby Dick" de Herman Melville o a un libro titulado "La hermanos de la costa y otros cuentos", de Gastón de Born, decisivo en la evolución del conflicto.
"Gastón de Born es uno de los jóvenes artistas que han ideado "La gaceta de los artistas fracasados" y que se mueven en el culto marginal al arte, el parricidio, a la transgresión y a una serie de macabros rituales de muerte. Todo ello me aportaba una gran riqueza, porque su actitud comportaba un espacio casi infinito de rencor, una especie de ansia de venganza cósmica. Es gente brillante, con talento, que optará por la vía del crimen salvaje. Ese enigma en torno a la violencia exacerbada es el que debe resolver Martina de Santo, ante la proliferación de cadáveres amputados que aparecen en las playas, en las peñas, siempre cerca de ese lugar inventado que es Portocristo".
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