La novela negra dejó de ser un género netamente masculino
Guadalajara (México), (EFE)
Las novelas negras y policíacas han dejado de estar escritas exclusivamente por hombres y cada vez son más las autoras que reivindican un hueco en un género que ocupa el espacio que dejó la novela social a fines del siglo XX.
Casi una decena de expertos en el género negro concluyeron anoche un foro en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) dedicado a la novela negra en el que participaron dos autoras, la argentino-mexicana Myriam Laurini y la mexicana Julia Rodríguez.
Para Laurini el género negro está marcado tradicionalmente por una omnipresencia de los protagonistas-varones con lo cual parece que sólo son ellos "los malos, los perversos, los torturadores".
Pese a esa circunstancia Laurini señala que también hay "mujeres horribles" que poco a poco van ganando espacio y protagonismo en estas novelas.
La escritora señaló que la historia no estaba exenta de mujeres perversas entre quienes mencionó a las que, en su Argentina natal, traicionaron a los colectivos sociales en los que militaban y se convirtieron en "torturadoras durante la época de la última dictadura militar".
La novela más conocida de esta autora es "Qué raro que me llame Guadalupe", premiada en la Semana de Novela Negra de Gijón (España) en 1998 pero sin publicar aún en México, donde recreó el mundo de la prostitución del barrio de La Merced en la Ciudad de México, donde vive Laurini hace años.
www.lahora.com.ec
Las novelas negras y policíacas han dejado de estar escritas exclusivamente por hombres y cada vez son más las autoras que reivindican un hueco en un género que ocupa el espacio que dejó la novela social a fines del siglo XX.
Casi una decena de expertos en el género negro concluyeron anoche un foro en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) dedicado a la novela negra en el que participaron dos autoras, la argentino-mexicana Myriam Laurini y la mexicana Julia Rodríguez.
Para Laurini el género negro está marcado tradicionalmente por una omnipresencia de los protagonistas-varones con lo cual parece que sólo son ellos "los malos, los perversos, los torturadores".
Pese a esa circunstancia Laurini señala que también hay "mujeres horribles" que poco a poco van ganando espacio y protagonismo en estas novelas.
La escritora señaló que la historia no estaba exenta de mujeres perversas entre quienes mencionó a las que, en su Argentina natal, traicionaron a los colectivos sociales en los que militaban y se convirtieron en "torturadoras durante la época de la última dictadura militar".
La novela más conocida de esta autora es "Qué raro que me llame Guadalupe", premiada en la Semana de Novela Negra de Gijón (España) en 1998 pero sin publicar aún en México, donde recreó el mundo de la prostitución del barrio de La Merced en la Ciudad de México, donde vive Laurini hace años.
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