El crimen del esclavo
«Me gusta tratar el lado oscuro del ser humano»
La escritora de ascendencia riojana publica 'El crimen del esclavo', novela ganadora del VIII Premio Ateneo Joven
De ascendencia riojana, la escritora Marta Santos (Bilbao, 1968) ha plasmado en sus dos novelas el paisaje y la sociedad rural riojana. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco, ha publicado los libros La piel (Huerga y Fierro, 1997) y El crimen del esclavo (Algaida, 2003), con el que ha ganado el VIII Premio Ateneo Joven de Sevilla. Finalista del V Premio Nervión de Poesía por la obra En el laberinto y autora de obras de teatro como La novia de Jalisco Park y El balsero y el muro (estrenadas en Bilbao y Madrid) y columnista del diario El Correo, Marta Santos ha creado un thriller psicológico que le consolida literariamente.
DIEGO MARÍN A./LOGROÑO
-En tus dos libros narras una tragedia familiar. ¿Qué te lleva a centrarte en los sentimientos más encarnizados, como los familiares?
-Me interesan mucho las raíces de los seres humanos y, por tanto, de mis personajes. Creo que las raíces son muy importantes porque forman parte de eso que llamamos identidad. Además, me gusta tratar el lado oscuro del ser humano. Por eso en esta novela me centro en las relaciones de poder que se crean en las relaciones humanas en general y también en la familia.
-Como los dramas más sangrientos del país, tu novela describe los entresijos del mundo rural. Siendo la novela actual reflejo de la sociedad urbana, ¿intentas volver a los orígenes de la sociedad española con tragedias rurales?
-Mi novela es básicamente urbana, se desarrolla en una ciudad grande, aunque los personajes tienen orígenes rurales. No trata de una tragedia rural, sino de lo que podríamos llamar el sentimiento de rencor social; ese resentimiento que viven muchas personas de origen campesino, obrero, y que produce ira y rebeldía.
-Más que una defensa de las clases bajas tu novela parece un ataque a los hombres que no respetan a la mujer. ¿Es la protagonista un personaje para concienciarnos de lo que pueden estar viviendo muchas mujeres aún hoy?
-Me sorprende muchísimo esa lectura de mi novela porque no estoy nada de acuerdo. Bruna es mujer por una cuestión de subversión de roles. Creo que, claramente, El crimen del esclavo es una novela que trata la lucha de clases aplicada a las relaciones humanas. Por poner un ejemplo de obras que me han servido como referente al escribir ésta, citaría dos películas que tratan el mismo tema: El sirviente de Joseph Losey y La Huella de Manckiewick.
-La piel sí era una clara y real denuncia sobre la expropiación de tierras de la población riojana de Turruncún. ¿Es tu segunda novela una continuación de esa crítica?
-No. La piel se desarrollaba en un entorno rural y se inspiraba en la historia oral, en los relatos orales que heredé de mis antepasados y, en concreto, de mi abuelo Antonio, que era campesino y semi analfabeto, pero también un auténtico escritor oral. El crimen del esclavo es, en cambio, una novela negra o un thriller psicológico que trata las relaciones de dominio-rebelión, sumisión-ira entre un grupo de personajes. Son dos obras muy distintas, tanto por su tono, en la trama, estructura, etc.
-Como en toda tu obra anterior, creas primero una atmósfera propia de 'callejón sin salida' y luego cuentas una historia. ¿Has seguido el mismo planteamiento?
-Sí. He escrito teatro y por eso utilizo, en mis novelas, algunas herramientas de la dramaturgia. Me gusta trabajar con pocos personajes, con diálogos y espacios cerrados. Eso me ayuda a mantener la tensión de la trama y a que el lector se mantenga en suspenso.
-El crimen del esclavo está escrita a caballo entre Madrid, Bilbao y Calahorra, de donde procede tu familia. ¿Cómo ha influido La Rioja o su sociedad en tu nueva novela?
-Mi familia procede de Turruncún, aunque han vivido muchos años en Calahorra. Pasé los veranos de mi infancia en esa ciudad y tengo gratísimos recuerdos de esa época. Me gusta mucho el paisaje riojano, muy sensual, parece Italia. Y, en El crimen del esclavo, La Rioja está muy presente: es el origen de tres de los personajes. Hay muchas alusiones en mi novela a La Rioja. Incluso hay algún riojanismo, que introduje a propósito, como las palabras «albérchigo» y «cunacho», que sólo las he oído ahí. Me parece que los riojanos, en general, tienen el habla rápida y son ingeniosos. En cualquier calle o mercado se pueden escuchar esas típicas conversaciones rápidas, llenas de ironía y eso, para un escritor, es una mina.
Publicado en www.larioja.com (18-02-2004)
La escritora de ascendencia riojana publica 'El crimen del esclavo', novela ganadora del VIII Premio Ateneo Joven
De ascendencia riojana, la escritora Marta Santos (Bilbao, 1968) ha plasmado en sus dos novelas el paisaje y la sociedad rural riojana. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco, ha publicado los libros La piel (Huerga y Fierro, 1997) y El crimen del esclavo (Algaida, 2003), con el que ha ganado el VIII Premio Ateneo Joven de Sevilla. Finalista del V Premio Nervión de Poesía por la obra En el laberinto y autora de obras de teatro como La novia de Jalisco Park y El balsero y el muro (estrenadas en Bilbao y Madrid) y columnista del diario El Correo, Marta Santos ha creado un thriller psicológico que le consolida literariamente.
DIEGO MARÍN A./LOGROÑO
-En tus dos libros narras una tragedia familiar. ¿Qué te lleva a centrarte en los sentimientos más encarnizados, como los familiares?
-Me interesan mucho las raíces de los seres humanos y, por tanto, de mis personajes. Creo que las raíces son muy importantes porque forman parte de eso que llamamos identidad. Además, me gusta tratar el lado oscuro del ser humano. Por eso en esta novela me centro en las relaciones de poder que se crean en las relaciones humanas en general y también en la familia.
-Como los dramas más sangrientos del país, tu novela describe los entresijos del mundo rural. Siendo la novela actual reflejo de la sociedad urbana, ¿intentas volver a los orígenes de la sociedad española con tragedias rurales?
-Mi novela es básicamente urbana, se desarrolla en una ciudad grande, aunque los personajes tienen orígenes rurales. No trata de una tragedia rural, sino de lo que podríamos llamar el sentimiento de rencor social; ese resentimiento que viven muchas personas de origen campesino, obrero, y que produce ira y rebeldía.
-Más que una defensa de las clases bajas tu novela parece un ataque a los hombres que no respetan a la mujer. ¿Es la protagonista un personaje para concienciarnos de lo que pueden estar viviendo muchas mujeres aún hoy?
-Me sorprende muchísimo esa lectura de mi novela porque no estoy nada de acuerdo. Bruna es mujer por una cuestión de subversión de roles. Creo que, claramente, El crimen del esclavo es una novela que trata la lucha de clases aplicada a las relaciones humanas. Por poner un ejemplo de obras que me han servido como referente al escribir ésta, citaría dos películas que tratan el mismo tema: El sirviente de Joseph Losey y La Huella de Manckiewick.
-La piel sí era una clara y real denuncia sobre la expropiación de tierras de la población riojana de Turruncún. ¿Es tu segunda novela una continuación de esa crítica?
-No. La piel se desarrollaba en un entorno rural y se inspiraba en la historia oral, en los relatos orales que heredé de mis antepasados y, en concreto, de mi abuelo Antonio, que era campesino y semi analfabeto, pero también un auténtico escritor oral. El crimen del esclavo es, en cambio, una novela negra o un thriller psicológico que trata las relaciones de dominio-rebelión, sumisión-ira entre un grupo de personajes. Son dos obras muy distintas, tanto por su tono, en la trama, estructura, etc.
-Como en toda tu obra anterior, creas primero una atmósfera propia de 'callejón sin salida' y luego cuentas una historia. ¿Has seguido el mismo planteamiento?
-Sí. He escrito teatro y por eso utilizo, en mis novelas, algunas herramientas de la dramaturgia. Me gusta trabajar con pocos personajes, con diálogos y espacios cerrados. Eso me ayuda a mantener la tensión de la trama y a que el lector se mantenga en suspenso.
-El crimen del esclavo está escrita a caballo entre Madrid, Bilbao y Calahorra, de donde procede tu familia. ¿Cómo ha influido La Rioja o su sociedad en tu nueva novela?
-Mi familia procede de Turruncún, aunque han vivido muchos años en Calahorra. Pasé los veranos de mi infancia en esa ciudad y tengo gratísimos recuerdos de esa época. Me gusta mucho el paisaje riojano, muy sensual, parece Italia. Y, en El crimen del esclavo, La Rioja está muy presente: es el origen de tres de los personajes. Hay muchas alusiones en mi novela a La Rioja. Incluso hay algún riojanismo, que introduje a propósito, como las palabras «albérchigo» y «cunacho», que sólo las he oído ahí. Me parece que los riojanos, en general, tienen el habla rápida y son ingeniosos. En cualquier calle o mercado se pueden escuchar esas típicas conversaciones rápidas, llenas de ironía y eso, para un escritor, es una mina.
Publicado en www.larioja.com (18-02-2004)
1 comentario
Raquel -
Gracias