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La Balacera

El asesino de Banconi

El asesino de Banconi

Lo bueno que tiene el crimen es que carece de fronteras. Cambiará el arma homicida; el asesino lo será en serie o actuará de un modo más coyuntural; los escenarios serán más urbanos o rurales, más cotidianos o exóticos; los móviles, más o menos retorcidos, aunque el dinero y el sexo siempre serán alicientes universales para llevarse por delante a un rival mediante métodos más o menos expeditivos.

Lo bueno de la literatura criminal es que tiene "ejecutores" en todas las culturas. Así que, allí donde se cometa un robo, desfalco, homicidio, reyerta u otras hierbas, habrá un narrador con materia prima suficiente para preparar un buen menú que llevarse a los ojos. Y así, de un día para otro podemos pasar de ser testigos protegidos de las actividades de un psicópata por las calles de Los Angeles a ver cómo se las gastan los integrantes de una red de tráfico de personas en las playas de Sicilia; o movernos por tabernas irlandesas poniéndonos hasta las cejas de Guinness y, horas después, emular a los chicos de OT en un karaoke de Shanghai.

Europa, Norteamérica, Latinoamérica, Caribe, Asia, Australia, África... Hasta ahora, yo sabía de los crímenes africanos a través del francés de origen argelino Azouz Begag (magnífica su novela El pasaporte), del argelino afincado en Francia Yasmina Khadra y su serie protagonizada por el comisario Llob; del congoleño Henri Lopes y su Caso cerrado; o de los sudafricanos Alexander McCall Smith y su primera detective de Botswana y, cómo no, el imprescindible James McClure, creador de una pareja inolvidable, los policías Kramer y Zondi (blanco el primero y negro el segundo). A todos ellos se acaba de sumar el maliense Moussa Konaté, autor de El asesino de Banconi, editada por Almuzara.

En pocas horas, tres personas han sido halladas muertas en las letrinas de sus domicilios del distrito de Banconi, en Bamako; un montón de billetes falsos aparecen en la vivienda de un joven sin recursos; y una revuelta popular amenaza con arrasar los comercios de la capital. Todo ello es motivo más que suficiente para que el comisario Habib y el inspector Sosso reciban el encargo de resolver los asesinatos y el asunto del dinero falso. De la revuelta popular se hará cargo la temida Policía Política del único modo que conoce, la represión y la tortura, empeñados como están en demostrar que los desórdenes han sido organizados por indeseables interesados en desestabilizar el régimen.

La novela mantiene un buen ritmo a lo largo de sus algo más de ciento cincuenta páginas y los escenarios en que se desarrolla la trama resultan especialmente atractivos, máxime cuando estamos habituados a entornos más cercanos y manidos, de modo que ya nos movemos por Nueva York como si estuviéramos en nuestra propia casa. Y especialmente lograda está la descripción de las relaciones entre los ciudadanos de las diferentes clases sociales, así como la presencia ineludible del charlatán de turno (llámese chamán, marabú o intérprete de la voluntad divina) y su papel fundamental en la vida cotidiana de una sociedad presidida por la superstición religiosa.

Tal vez le pueda sacar un "pero" a la novela, y se refiere a la pareja protagonista, marcada por la dicotomía entre la veteranía y el pragmatismo del comisario -estupendo en su actitud un tanto paternalista respecto a sus subordinados- y la inexperiencia del joven Sosso. Y es que así como el carácter del comisario aparece más definido, el del inspector Sosso todavía no ha salido del todo a relucir. Espero que sea cuestión de tiempo. Si es así, la siguiente entrega de esta serie centroafricana podría rozar la perfección criminal.

Ricardo Bosque, octubre de 2008


EL ASESINO DE BANCONI
Moussa Konaté
Traducción de Antonio Lozano
Almuzara

4 comentarios

Ricardo -

No me olvido, no. De hecho. la tengo en el montón de libros para leer en los próximos días. Y será de las primeras en caer, me imagino que cuando acabe con la tercera parte de El declive del estado del bienestar

Javier Abasolo -

No te olvides, Ricardo, al hablar de novela negra africana, de Abasse Ndione. Acabo de leer su novela "Ramata" y es recomendable por muchos conceptos.
Saludos.

Ricardo -

Pues ya tardas, pero es que hay tanto bueno por leer...

Jesús Lens -

¡¡¡Tengo muchas ganas de leer esto!!!!!!!!!!!!!!!!