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La Balacera

Un gato detective con mucho 'charme'

Un gato detective con mucho 'charme'

JUSTO BARRANCO - 10/06/2006
Barcelona


En Francia apareció hace un par de meses con una primera edición de 150.000 ejemplares. Pese a que sus autores son españoles, Norma Editorial ha tenido que ser mucho más modesta y conformarse con lanzar al mercado unos 8.000 ejemplares del tercer álbum de la serie Blacksad, titulado Alma Roja, lo que da una buena idea del abismo que separa el estatus y la popularidad del cómic en un país y en otro. En todo caso, aquí tienen buena prensa: anoche, por segunda vez en seis años, un álbum de la serie creada por el guionista Juan Díaz Canales (Madrid, 1972) y por el dibujante Juanjo Guarnido (Granada, 1967) fue declarado mejor obra del Saló. Si en el 2001 el ganador fue Blacksad: Un lugar entre las sombras, el primer cómic de esta serie que mezcla el género negro y la fábula y que está protagonizada por un aguerrido gato detective norteamericano de los cincuenta, esta vez triunfó Blacksad 3: Alma Roja, que también ha dado el premio al mejor dibujo a Juanjo Guarnido. Además, el veterano Víctor de la Fuente (Asturias, 1927) se alzó con el Gran Premio del Saló por su trayectoria, en la que hay western y cómics bélicos y de acción, mientras que los 20th Century Boys de Naoki Urasawa, que tratan los crímenes orquestados por una secta para conseguir el dominio del mundo, fue premiada como mejor obra extranjera.

Para los autores de Blacksad, cuyo tercer álbum se ambienta en los años de la carrera atómica y el miedo al comunismo en EE. UU., "los cómics se asocian en España con los niños o el underground". En cambio en Francia, donde Guarnido ha trabajado durante tiempo para las series de Disney, "la cultura y la sociedad están menos separadas y hay una generaciónde lectores de cómic que ha crecido a la vez que sus autores".

Los autores recuerdan que la gestación de Blacksad fue lenta, y que pensaron ambientarla en una ciudad del futuro, "pero Juanjo quería un acabado realista y por eso optamos por los años cincuenta porque nos parecía atractiva la estética, a la vez kitsch y elegante. No se trata de nostalgia, sino de la sutileza de aquel momento, que permite transmitir ideas complejas de modo elegante", dice Díaz Canales. Ala vez, explica, "aunque la primera elección fue estética, luego hemos tenido la ventaja de que muchos de los temas de entonces son los de hoy. En el segundo volumen se hablaba de racismo y acaeció el éxito de Le Pen. Y ahora que ha aparecido el tercero, que habla de la carrera nuclear, nos encontramos con el problema de Irán".

"Luego, hay que construir el personaje. Y no es el estereotipo de detective. No es Philip Marlowe, siempre resolviendo un caso y sin evolucionar. ¿Por qué no se va a enamorar o a tener problemas de conciencia?", dice Díaz Canales, que explica que los protagonistas son animales "por una voluntad de usarlos como reflejos del alma de cada persona, como en la fábula pura y dura, pero más sofisticada. Y quizá este cruce entre la fábula y el género policiaco con un estilo realista es la clave de nuestro éxito". Un éxito que por ahora se prolongará con la adaptación de Blacksad a imagen real por el productor de Astérix.

La Vanguardia  

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