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La Balacera

Entrevista a Luis Martínez Ruiz

Entrevista a Luis Martínez Ruiz elcorreodigital (28/01/2004)

LUIS MANUEL RUIZ, NOVELISTA

«A veces, ser fiel a la realidad no te deja alas para volar»

El joven escritor sevillano, autor de novelas de intriga centradas en el mundo de la cultura, publica ahora 'La habitación de cristal'

CÉSAR COCA

Con 30 años y convertido en una de las más firmes promesas de la narrativa española, Luis Manuel Ruiz (Sevilla, 1973) acaba de publicar su cuarta novela. 'La habitación de cristal' narra el misterio surgido en torno a un espejo del siglo XV por el que se muere y se mata en el Berlín de 1933, apenas unas semanas después de que los nazis se hayan alzado con el poder. Ruiz se mantiene fiel con esta novela a un tipo de relato, la intriga centrada en el mundo de la cultura, que le ha valido elogios de los críticos y de un autor que domina ese género a la perfección: Arturo Pérez-Reverte. Profesor de Filosofía en un instituto de Sevilla, Ruiz reconoce que se dedica a esto, la novela, «por diversión».

-Tanto han hablado los críticos de que en sus novelas abundan los juegos de espejos que ha decidido escribir una donde un espejo juega un papel esencial. ¿Un guiño a críticos y lectores?

-Lo de los espejos es algo que me ha interesado siempre. Durante años he anotado todo lo que encontraba sobre espejos en cuanto leía. Me dije que tenía que aprovecharlo, y lo he hecho.

-¿Le molesta que le digan que sus novelas se parecen a las de Pérez-Reverte?

-Eso es algo que dicen los críticos, aunque yo no encuentro tanto parecido. Hay concomitancias ciertamente, porque yo también hago novelas de aventuras o policiacas, aunque creo que existen diferencias. Pero que hablen de parecidos es algo que no me supone nada: ni me soluciona ningún problema ni me molesta.

-Otro elemento que parece recurrente en su obra es el de la duplicación, el de los dobles de las personas, algo presente en la literatura desde muy antiguo.

-Siempre me ha interesado mucho, en primer lugar por cuestiones filosóficas, que ésa es mi formación. Luego resulta que el tema del doble tiene mucho juego literario, sobre todo en la literatura fantástica, especialmente en la alemana.

Contar historias

-Usted parece más partidario de las historias con argumento que de las que se centran en un ambiente, lo que le distingue de otros autores de su generación.

-Sí, a mí lo que me interesan son las historias. Eso implica saber ambientarlas y definir unos personajes, pero la historia es el centro. Mi generación se ha dedicado más a explotar las narraciones en primera persona, de tono confesional, o los problemas generacionales, algo que a mí me parece bien, pero mis intereses van por otra parte.

-¿Le parece que hay lugar para la experimentación de cualquier tipo en la literatura de hoy?

-Me parece que ese debate está bastante obsoleto; es algo que tuvo su 'boom' pero hoy, según qué experimentos, cuando se leen algunas cosas dan la sensación de revenidas. Personalmente, como escritor me interesa la forma, el len- guaje, pero considero que la historia es mucho más importante. Y creo además que ésa es la forma de competir con el cine y la televisión.

-¿Escribe pensando de forma continua en los lectores o en el fondo escribe para usted y bienvenidos sean los lectores que lleguen?

-Trato de acercarme al placer que me han dado a mí ciertas lecturas. Yo, al escribir, quiero dar ese placer, trato de divertir y distraer a mis lectores. No discuto, por supuesto, que haya obras excelsas que busquen otro tipo de cosas, como convencer o persuadir. Mi literatura, en ese sentido, es plenamente lúdica, lo reconozco.

-Hay quien dice que somos lo que comemos. ¿Somos también lo que leemos?

-Es cierto. Lo que leemos forma parte de nosotros. Sería un juego curioso adivinar, conociendo a una persona, qué tipo de lectura frecuenta. Y al revés, viendo qué libro tiene en la mesilla de noche se puede deducir rápidamente qué tipo de persona es.

-¿Y qué son quienes no leen?

-Pues se explica por sí mismo. Yo creo que leer es importante. No es imprescindible para vivir, es un lujo, pero es importante porque da ciertas miras y sobre todo da placer. Quienes no leen no me parecen ni mejores ni peores personas, pero se pierden algo grande; podrían divertirse muchísimo.

-A menudo ha comentado que ambienta sus novelas en ciudades que no conoce para crear una atmósfera especial. ¿No sería mejor entonces inventarse esas ciudades?

-Posiblemente, y en el futuro es posible que lo haga. De todas formas, hay un elemento importante para los lectores que es la verosimilitud. Me preocupa más relatar la atmósfera, el espíritu de la ciudad, que la ciudad en sí. A veces, ser fiel a la realidad no te deja alas para volar.

-¿Teme que le encasillen en un tipo concreto de literatura?

-Yo me considero un autor de género. Lo que estoy haciendo ahora es mezclarlo todo un poco, la 'novela-macedonia'. La novela de intriga me interesa porque permite una estructura y eso siempre está bien, pero estoy empezando a combinarla con otros elementos: humor, erotismo, terror. La mezcolanza de todo eso es lo que me interesa y probablemente siga por ahí.

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